Mieles Volcánicas

Desde el Panal a la Mesa: El Proceso Artesanal de Producción de Miel en Tenerife

La miel de Tenerife es un producto que refleja la esencia de la isla y el compromiso de los apicultores locales con la tradición y la calidad. Desde el cuidado de las abejas hasta el envasado final, el proceso de producción de esta miel es totalmente artesanal y sigue técnicas que buscan conservar al máximo las propiedades naturales del producto. Este artículo explora cada etapa en el viaje de la miel, desde el panel hasta llegar a la mesa del consumidor.

El proceso comienza en los colmenares, donde los apicultores cuidan de las abejas y su entorno. En Tenerife, la apicultura es más que una simple profesión; es una forma de vida. Los apicultores comprenden que para obtener una miel de calidad, es fundamental proporcionar a las abejas un ambiente sano y equilibrado. La relación entre el apicultor y las abejas es de colaboración: las abejas recolectan el néctar de las flores locales y lo convierten en miel, mientras que el apicultor se encarga de protegerlas de amenazas externas y asegurar que tengan acceso a una flora rica en diversidad.

La recolección del néctar es un proceso que depende de la biodiversidad de Tenerife. Las abejas buscan flores autóctonas como el tajinaste, el castaño o la retama, que le dan a la miel de Tenerife un sabor y aroma característicos. Durante el proceso de polinización, las abejas transfieren polen de una flor a otra, lo que no solo produce miel, sino que también ayuda a mantener la biodiversidad en la isla. Gracias al suelo volcánico y los microclimas, las plantas de la isla desarrollan perfiles de sabor único que luego se transfieren a la miel, creando una experiencia de sabor única.

La recolección de la miel es una de las etapas más importantes del proceso de producción. Una vez que las abejas han transformado el néctar en miel y han sellado las celdas del panal con cera, los apicultores recogen los panales cuidadosamente, asegurándose de no dañar a las abejas ni su hábitat. Este proceso se realiza manualmente y con mucho respeto, ya que la relación de los apicultores con las abejas es fundamental para la sostenibilidad de su trabajo. Los apicultores de Tenerife suelen realizar este proceso en los meses de verano, cuando la miel ha alcanzado su punto óptimo.

Después de recolectar los panales, se procede a la extracción de la miel. Este es un proceso cuidadoso que se realiza en salas especialmente acondicionadas para garantizar la higiene y calidad del producto. Los paneles se colocan en extractores centrífugos, que giran a una velocidad controlada para extraer la miel sin destruir las celdas de cera. Este método garantiza que la miel conserve todas sus propiedades naturales, evitando el uso de calor o productos químicos que podrían alterar su sabor o valor nutricional.

Una vez extraída, la miel pasa por un proceso de filtrado para eliminar partículas de cera y otros residuos. Sin embargo, este proceso se realiza de manera suave y sin refinar demasiado el producto, de forma que la miel conserve su textura y características originales. Luego, la miel se deja decantar, un proceso que permite que las impurezas restantes se depositen en el fondo del recipiente de manera natural. Este paso es esencial para obtener una miel clara y pura, pero sin perder el polen y otros componentes beneficiosos.

El envasado es la etapa final, donde la miel se coloca en frascos que mantendrán su frescura y calidad durante más tiempo. En Miel de Tenerife, el envasado se realiza de forma artesanal, asegurando que cada frasco esté lleno de miel pura y natural. El diseño del envase también es importante, ya que refleja la identidad de la marca y la tradición de la isla. La mayoría de los apicultores locales optan por envases de vidrio, que además de ser más sostenibles, permiten al consumidor apreciar el color y la textura única de la miel.

Los apicultores de Tenerife están comprometidos con prácticas sostenibles que respetan el medio ambiente y el bienestar de las abejas. En un mundo donde la apicultura industrial está en aumento, la miel de Tenerife sigue manteniendo sus procesos tradicionales, asegurando que el producto sea auténtico y de alta calidad. Este compromiso no solo garantiza una miel excepcional, sino que también ayuda a preservar la biodiversidad de la isla y su riqueza natural. Al consumir miel de Tenerife, los clientes están apoyando una cadena de producción que valora la naturaleza y la conservación.

El sabor de la miel de Tenerife varía en función de la temporada y las flores que predominan en cada época del año. Esto significa que cada frasco de miel es una representación única del entorno y el clima de la isla en un momento particular. La miel de tajinaste, por ejemplo, tiene un sabor suave y floral, mientras que la miel de retama ofrece un toque más amargo y robusto. Esta diversidad en sabores permite a los consumidores disfrutar de una experiencia sensorial que cambia a lo largo del año.

La miel de Tenerife no es simplemente un producto, sino el resultado de una profunda dedicación a la apicultura artesanal y al respeto por el entorno natural. Desde el momento en que las abejas recolectan el néctar hasta que el producto llega a la mesa, cada etapa del proceso de producción es una expresión de la cultura y el compromiso de Tenerife con la naturaleza y la tradición. Al elegir miel de Tenerife, los consumidores están apoyando una práctica sostenible que no solo garantiza la calidad del producto, sino que también preserva el ecosistema de la isla y su biodiversidad.

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